sábado, 27 de septiembre de 2008

Antoine de Saint Exupery


Antoine Marie Roger de Saint Exupery, escritor y aviador francés. Nació el 29 de junio de 1900 en Lyon. Huérfano desde que tenía dos años pasó, junto a sus cuatro hermanos, buena parte de su infancia en el castillo de sus abuelos maternos. Fue educado en escuelas Jesuitas y más tarde, estudió en la Universidad de Friburgo, Suiza. Obsesionado con la aviación desde muy temprana edad, cumplió el servicio militar en las Fuerzas Aéreas francesas en 1921. Presionado por la que entonces era su prometida, dejó la aviación dedicándose a otros oficios menos peligrosos, entre ellos periodista, y descubre una nueva pasión: la escritura.

Incapaz de mantenerse lejos de los aviones en 1926 se hizo piloto comercial, volando nuevas rutas comerciales en Europa, Africa y Sudamérica.
En 1928 escribe su primera novela "Correo del Sur". En 1931 conoce en Buenos Aires a Consuelo Suncín a quien le propone enseñarle la ciudad desde el aire y, en pleno vuelo, le asegura que si no se casa con él, estrellará el avión. Ella acepta y se inicia un tormentoso matrimonio, marcado por las infidelidades de ambos y en ese año publicó su segunda novela "Vuelo Nocturno", que ganó el premio de la Academia Francesa: Grand Prinx. Intentando batir un récord en el trayecto Nueva York-Tierra del Fuego, sufre un accidente y aprovechando la convalecencia en Nueva York, escribe su tercer libro "Tierra de hombres", en la que se entrecruzan sus recuerdos del norte de Africa y de Sudamérica como aviador. También tienen un enorme peso las reflexiones y los recuerdos en su siguiente libro "Piloto de guerra", escrito durante la Segunda Guerra Mundial, en la que participa como piloto de las Unidades de Reconocimiento de las tropas aliadas.Tras la invasión de Francia y la rendición del ejército galo, el escritor se exilia en Nueva York.

Su casa se convierte en punto de encuentro de los intelectuales franceses expatriados y de algunos españoles como Dalí o Joan Miró. De este período norteamericano es "El Principito".Trata de volver a incorporarse al ejercito, pero le es denegado el permiso como consecuencia de su estado de su salud, debido a la cantidad de accidentes que había tenido y a su avanzada edad para volar 43 años. Se siente desmoralizado y escribe sus dos célebres epístolas "Carta a un rehén" y "Carta al general X". También escribió su última novela "Ciudadela", que vio la luz una vez fallecido. Después de conseguir ser readmitido en el ejército en año 1943 se incorpora a las tropas de la Francia Libre. El 31 de julio de 1944 el comandante Saint-Exupéry, antes de despegar desde Corcega en una misión de reconocimiento, dejó escrito en su mesa de trabajo: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo nací para jardinero. Me despido, Antoine de Saint-Exupéry". Nunca regresó. Se especuló con la posibilidad de que hubiese sido abatido por un caza enemigo, de un fallo mecánico o incluso el suicidio.


El escritor y piloto Antoine de Saint-Exupéry fue, durante toda su vida, un hombre de aventura y de compromiso.
El Proyecto Villa Ocampo de la UNESCO, la Alianza Francesa, los servicios culturales de la Embajada de Francia y la familia de Saint Exupéry han elaborado un proyecto de revitalización del conocimiento sobre la vida, la obra y el mensaje de Saint-Exupéry en la Argentina, abarcativo de un público amplio. La Argentina es uno de los países del mundo más ligados al recuerdo de Saint-Exupéry. Este conocimiento está especialmente unido a la historia del Correo Aéreo y a la epopeya del aviador, y como en el mundo entero al éxito de El Principito.
Saint-Exupéry visitó la casa de Victoria Ocampo durante su estadía en Argentina entre 1929 y 1930, luego de la publicación de Courrier Sud, como director de la Aeroposta Argentina.
La exposición no se limitará a repetir lugares comunes de la vida de Saint-Ex, sino que se basará en una extensa investigación que incluye aspectos inéditos
de la estadía de Saint-Ex en la Argentina.
La muestra abarcará fotografías de lugares, aviones y personajes, cartas, afiches de los correos aéreos sudamericanos, manuscritos y correspondencia con sus amigos argentinos (Almonacid y Luro Cambaceres), las ediciones argentinas de su obra, las obras que le rinden homenaje en Argentina, la leyenda, los lugares que llevan su nombre (pico Saint-Exupéry de la cordillera, aeropuerto de San Antonio Oeste), los artículos de la época, las películas documentales sobre él y sobre el Correo Aéreo, los dibujos y caricaturas, las cartas a su madre desde Buenos Aires y una maqueta de un avión Laté 25 en el que volaba Saint- Ex.

Organizan y participan
Proyecto Villa Ocampo –
UNESCO
Asociación Amigos de Villa Ocampo
Embajada de Francia en la Argentina
Alianza Francesa
Air France
Municipalidad de San Isidro
Espacio Saint-ExupérySociedad Civil
Saint-ExupéryAsociación Vuelo Nocturno
Museo de Aeronáutica de Morón
Sociedad Argentina de Aerofilatelia
Municipalidad de Río GallegosArchivo Histórico de la Provincia de Santa Cruz

Información general
Horarios: miércoles a domingo, de 12:30 a 18 hs.Entrada: 10 pesos
Miércoles gratis
Elortondo 1837- Beccar-Partido de San Isidro
Una buena oportunidad de conocer la casa para aquellos que viven en Buenos Aires, y para mis amigos del exterior, espero les haya interesado la reseña para conocer un poco más a este personaje tan sentido en nosotros desde ese libro tan singular que es El Principito.
Un beso para todos y nos vemos en el próximo post!

sábado, 20 de septiembre de 2008

Villa Ocampo

Mi lugar de residencia actual es San Isidro, una localidad en la provincia de Buenos Aires, que además de costear parte del Rio de la Plata, cuenta además, con una gran riqueza cultural ya que el acerbo histórico es muy bien protegido para su disfrute tanto a los residentes como los turistas. A pocas cuadras de mi casa, se encuentra la casa donde habitara Victoria Ocampo, una escritora argentina digna de admiración, aunque no hablaremos de ella sino de su casa: Villa Ocampo.




Villa Ocampo fue, además de la mítica residencia de Victoria Ocampo en San Isidro, un refugio de pensadores internacionales y el lugar de descanso de algunos de los espíritus más destacados del siglo XX. La mansión que en un principio fue la casa de vacaciones de la familia y luego pasó a ser la quinta de fin de semana, terminó convirtiéndose en la residencia estable de Victoria hacia la década del 40.

Sede de un proyecto cultural único en nuestro país y en Latinoamérica, Villa Ocampo tiene, más allá de su importancia arquitectónica, de los muebles y de la biblioteca con más de 12.000 vólumenes, un significado histórico fundamental ya que durante medio siglo, hospedó a algunos de los principales forjadores del siglo XX. Prestigiosos intelectuales argentinos y extranjeros como Graham Greene, Roger Caillois, Waldo Frank, Alfonso Reyes, Albert Camus, André Malraux, Aldous Huxley, Le Corbusier, Octavio Paz, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Maurice Ravel, Walter Gropius , Jorge Luis Borges, Rabinadrath Tagore, Stravinsky, Ortega y Gasset, entre otros que iré mencionando, visitaron a Victoria en Villa Ocampo y allí entre charlas, discusiones y lecturas fermentaron algunas de las ideas y proyectos más importantes de su tiempo. En ese foro del pensamiento internacional que fue Villa Ocampo, Victoria y su grupo lucharon por la posibilidad de un pensamiento liberal en una época en la que los países latinoamericanos tambaleaban tironeados por gobiernos militares y depresiones económicas. Fueron años de intensos proyectos culturales. Y Villa Ocampo los vio nacer.


Victoria Ocampo donó su casa a la UNESCO, “para que sirva, en un espíritu vivo y creador, para la promoción, el estudio, la experimentación y el desarrollo de actividades que abarquen la cultura, la literatura, el arte y la comunicación social” (del acta de donación de Villa Ocampo a la Unesco). Esta escritora fundó la revista SUR, en la cual publicaban tanto los grandes escritores de la época como así también les daba oportunidad a muchos que luego se transformaron en célebres.


Como ya dije grandes personalidades se acercaban a pasar unos días de descanso en la Villa, invitados por ella, en las fotos vemos a Indira Ghandi y a Victoria y en la otra imagen al maestro Igor Stravinsky quien junto con Vera su mujer, fueron grandes amigos de Victoria Ocampo.











Era mi intención que conocieran la casa primero porque a partir de aquí voy a hacer una serie de entradas que tienen que ver con anécdotas, historia de algunos personajes que se han hospedado en la Villa y quería que primero, a modo de introducción conocieran el lugar físico para ir desarrollando el maravilloso mundo de Victoria Ocampo.

sábado, 13 de septiembre de 2008

De balcones, flores y poesías


Hay poetas y poemas que nunca se olvidan, sobre todo si los hemos conocido en época escolar. Uno de ellos, de los que he admirado desde niña fue, Baldomero Fernández Moreno.
Para quien no lo conozca, les cuento que este poeta argentino nació en Buenos Aires en 1886.

Su infancia en España y su admiración por Antonio Machado han dejado huella en su obra, ajena al modernismo en boga cuando publica su primer libro a los 29 años,(Las iniciales del misal) en 1915. Su obra, en la que no puede dejar de estar presente la admiración por Lugones, se adscribe al denominado "sencillismo". Tanto Borges como Martínez Estrada, han ponderado su mirada de poeta para captar perspicazmente la realidad urbana o rural. En algunos de sus versos Borges dice que Buenos Aires fue "vista para siempre" por Baldomero

Su obra bella, transparente y profunda ha sido alcanzada sólo por grandes poetas. En sus versos cuidados y sencillos, con toques de pintura excepcional sobre los temas que trata, llega al lector con la fuerza no igualada de las cosas simples, pero hondas. Ante su poesía, nada alambicada, ni siquiera en la de su época final, más elaborada, no podemos dejar de sentirnos hondamente conmovidos. En sus versos se trasunta un alma noble, un corazón sensible y tierno, el amor por lo esencial del asunto. Cuidado de la palabra -heredado de sus ancestros españoles, al decir de Martínez Estrada- y una lírica permanentemente emotiva, lo definen.





Setenta Balcones



Setenta balcones hay en esta casa,

setenta balcones y ninguna flor,

¿ A sus habitantes, Señor, qué les pasa?

¿ odian el perfume, odian el color?

La Piedra desnuda de tristeza agobia

¡ Dan una tristeza los negros balcones!

¿ No hay en este casa una niña novia?

¿ No hay algun poeta bobo de ilusiones?


¿ Ninguno desea ver tras los cristales,

una diminuta copa de jardín?

¿ En la piedra blanca trepar los rosales,

en los hierros negros abrirse un jazmín?


Si no aman las plantas no amarán las aves

no sabrán de música, de rimas, de amor.

Nunca se oirá un beso, jamás se oirá una clave



¡ Setenta balcones y ninguna flor !









Bueno, ¿y qué?

Aunque tuvieras, poeta,
un castillo en una cumbre,
un salón lleno de lumbre
y un gran sillón de vaqueta;
al llegar la noche quieta,
sobre mi hastío de pié,
me diría: bueno, ¿y qué?
y componiéndome el talle
me largaría a la calle,a la calle y al café










Tráfago

Me he detenido enfrente del Congreso,
y en medio del urbano torbellino,
he soñado en un rústico camino
y me he sentido el corazón opreso.

Una tranquera floja, un monte espeso,
el girar perezoso de un molino,
la charla familiar de algún vecino,
¿no valen algo más que todo eso?

Se ahogaban en la esquina algunas flores;
a formidables tajos de colores,
abríase el asfalto humedecido
como esbozando trágica sonrisa.

¡Quién va a fijarse en mí, si hay tanta prisa!
¡Quién va a escuchar mi voz, si hay tanto ruido!

Espero les hayan gustado las poesías, es solo una muestra de este prolífico poeta que nos ha dejado hermosos versos y un singular recuerdo a aquellos que en hemos conocido de él, en nuestros colegios en la niñez.
¿ Recuerdan éste ó algún poeta del que hayan tenido que estudiar un poema "de memoria"?
Gracias por acompañarme y los espero para seguirnos leyendo.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Borges y Eco


La caricatura que aquí ven representa a Umberto Eco y a Jorge Luis Borges. El dibujante es un artista argentino de nombre Roberto Bobrow, a quien encontré de casualidad buscando imágenes que representaran mi post. Agradezco la deferencia que ha tenido en permitirme colocar su caricatura en mi blog y los invito a conocer sus trabajos visitando su página porque realmente son muy buenos. Ahora veamos qué motivó esta búsqueda.


Aunque las novelas no sean el género con mayor predilección personal, he de destacar algunas que realmente me han atrapado, esas que entusiasman a tal punto que uno puede quedarse todo un fin de semana leyendo. Eso produce Umberto Eco.



Borges, es otra cosa. A él tampoco le gustaban las novelas. Sus cuentos necesitan, una predisposición especial, una apertura a lo diferente; se necesita aprender a leer desmenuzadamente y por sobre todo conocerlo a él porque su obra es su propio espejo. Desde siempre escuché decir que Borges es “difícil”, no creo que lo sea, sí me parece que hay un preconcepto y que por eso antes de leerlo hay un suerte de negación.


En la novela “En nombre de la Rosa de Eco y el cuento de Borges, se establecen algunas comparaciones que lejos de ser odiosas son bastante interesantes. Un ejemplo es que cuando a Umberto Eco le preguntaron porqué el que custodia la biblioteca en su novela, es casi un calco de Borges, el respondió: “ Todos me preguntan por qué mi Jorge evoca por el nombre, a Borges. No lo sé. Quería un ciego que custodiase una biblioteca y biblioteca más ciego sólo puede dar Borges.

Borges había escrito y diseñado ya ese modelo de recinto oscuro que infunde miedo: “ El Universo ( que otros llaman Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercado por barandas bajísimas…”. Esas galerías estrechas y tortuosas, los anaqueles de atmósfera lóbrega, esos cuartos de mísera altura que acceden apenas la de un bibliotecario normal.

En El nombre de la Rosa” impera el laberinto hermético con muchos pasillos donde camina Jorge de Burgos el bibliotecario ( nótese como se desfigura levemente el apellido de Borges). Escribe Eco: “Clavaba sus ojos muertos en el vacío, como mirando unas páginas que su memoria había conservado nítidas… En resúmen, era la memoria misma de la Biblioteca. En esta misma novela el personaje Alinardo de Gottaferrata desenvuelve el mismo concepto de Borges: la Biblioteca es un gran laberinto, símbolo del mundo.

El nudo en la trama en "El nombre de la Rosa" es la búsqueda de un volumen y del asesino. Borges, en La Biblioteca de Babel " se adelanta al caso. Dice: “ Como todos los hombres de la Biblioteca, he viajado en mi juventud: he peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogo del catálogo; ahora que mis ojos no pueden descifrar lo que escribo, me preparo a morir a unas pocas leguas del hexágono en que nací”.

La Biblioteca de Borges también tiene un aire críptico. Aquellos hexágonos deberán contener en alguna parte un libro que fuera el resumen de todos los demás. Vela el celoso guardián de una sabiduría prohibida porque hay libros que no pueden ser leídos.

Ambos autores – Eco y Borges- hablan de textos que cruzan las épocas y pintan a su modo un cuadro en que la lucha entre dios y antidios, entre el cielo y el infierno atraviesa la biblioteca, que también encierra las herejías pecaminosas de los hombres. Borges reconoce que esas aventuras con los libros han consumido sus años y espera “ que en algún anaquel del universo haya un libro total; ruego a los dioses ignorados que un hombre - ¡ uno solo, aunque sea, hace miles de años!- lo haya examinado y leído. Si el honor y la sabiduría y la felicidad no son para mí, que sean para otros. Que el cielo exista aunque mi lugar sea otro. Que yo sea ultrajado y aniquilado, pero que en un instante, en un ser, Tu enorme Biblioteca se justifique.”

En la Biblioteca de la Abadía ( la de Eco) abundan los monjes sacrílegos, crímenes. Muchos del infierno. Muchos de los culpables son servidores de una deidad que puede conducir al desvarío, a la peor enajenación. Borges escribió muchos años antes párrafos que en este aspecto lindarían con la profecía: “ Afirman los impíos que el disparate es normal en la Biblioteca y que lo razonable ( y aún la humilde y pura coherencia) es casi una milagrosa excepción. Hablan ( lo sé) de la Biblioteca febril cuyos azarosos volúmenes corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman, lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira”.

Tanto de un escritor como de otro, hay mucho de que continuar hablando, asi que dejaremos para más adelante algo de la prolifíca producción que ambos tienen.

Espero les haya gustado esta curiosidad literaria y nos estamos leyendo!